Venezuela: bella, como su gente. Rincones donde encontrar corazones. Belleza pura, encanto sin igual, todo te embruja.
El país de las arepas rellenas de dulzura, cachapas de amabilidad y patacón aderezado con simpatía.
A Venezuela se la podría comparar con la comida sin sal: simplemente no es nada sin su gente; acogedora, servicial y siempre pendiente de que estés a gusto en su país. Y de que pruebes esto y aquello y de que vayas a tal sitio, a tal otro…