Las empresas privadas venezolanas se ven afectadas negativamente por las sanciones, según una encuesta realizada por Fedecámaras publicada a principios de enero.
Fedecámaras es la federación empresarial más grande de Venezuela. La encuesta preguntó a los líderes del sector privado de todos los sectores económicos del país sobre sus preocupaciones y expectativas.
Según la encuesta, algunos efectos de las sanciones son indirectos. El 84% de los encuestados se quejó de la falta de combustible y el 89% de fallas en la red eléctrica. El sector energético local ha sufrido mucho por la falta de inversión, la incapacidad de comprar insumos o contratar expertos.
Debido a la falta de servicios públicos, muchas empresas han tenido que desarrollar su propia infraestructura, incluidas plantas de generación de electricidad y pozos de agua.
La encuesta también encontró que la falta de financiación era el principal factor que limitaba las operaciones. Si bien el sector público de Venezuela es el blanco directo de las sanciones, el sector privado sufre de cumplimiento excesivo y riesgo de reputación. También debe sobrevivir en un entorno donde la capacidad estatal y el consumo minorista están severamente limitados.
Adán Celis, presidente de Fedecámaras, sostiene que las sanciones han alejado oportunidades para que el país crezca y se transforme.
“Debido al exceso de cumplimiento, los bancos y corporaciones extranjeras no quieren tener nada que ver con nosotros. Se ha vuelto muy difícil abrir cuentas bancarias en muchos países, incluido Estados Unidos, incluso si las sanciones no están dirigidas específicamente a nosotros”.
Las empresas venezolanas también tienen costos más altos, ya que deben utilizar intermediarios o comprar a proveedores geográficamente alejados o de menor calidad, a diferencia de Estados Unidos, que solía ser su mercado natural. Sin acceso al crédito, también deben pagar por adelantado.
El presidente de Fedecámaras también cree que las sanciones han sido una política fallida, “ya que el país está en un estado aún peor”.
Celis sostiene que una transformación política será difícil con las dificultades económicas actuales. “La gente no puede darse el lujo de preocuparse por la libertad cuando sólo se concentra en tener comida en la mesa”.
Las sanciones no son la única preocupación para Celis y el empresariado. “Necesitamos cambiar el entorno legal. Debemos tener seguridad jurídica y pasar de una economía rentista a una productiva. Ya está sucediendo, pero necesitamos que nuestro sistema lo reconozca. Durante un siglo aquí, la gente ha dependido del Estado. Ahora el Estado depende cada vez más del pueblo”.
“Debemos reconocer que hemos ido logrando avances, algunas mejoras sustanciales para la economía. Es importante continuar en la búsqueda de mayores libertades económicas para el empresariado venezolano”, aportó Celis.
Con información de: Noticialdia